Testigantzak

”Jose ez zen inoiz gure gustokoa izan, berarekin bizi zenetik nire ahizpa itzali egin zen, eta Markel jaio zenean gauzek okerrera egin zuten.

Jose jeloskor zegoen Andreak Markeli bularra ematen ziolako, haurrarekin jolasten zuelako. Jose egunetik egunera agresiboago zegoen.

Andreari haurrari denbora eskaintzeak beldurra ematen zion Josek izango zuen erreakzioagatik. Ez zuen etxetik alde egin nahi haurraren kustodia galduko zuen beldur zelako. Jose salatzeak ere asko izutzen zuen , salaketaren berri izango balu, bera hilko lukeelakoan.

Hasieran guk laguntzen genion Andreri Markel zaintzen, baina azkenean gugandik ere aldendu egin zen.

Egun batean, Andrea eta Markeli buruz albisterik ez genuenez, Jose lanean zegoen bitartean beraien etxean agertu ginen. Nire ahizpa ohean zegoen, Markel gela batean bakarrik eta ez zen mugitzen. Berez, 10 hilabeteko haur osasuntsua zen baina hemiplejiko aurkitu genuen.

Gizarte zerbitzuek berehala kendu zieten Markelen kustodia. Eskerrak egun hartan beraien etxean sartu ginela!

Nire ahizpak bere buruaz beste egin zuen, guztiaz gain Josek haurra galtzearen errua leporatzen ziolako. Eta Markel; Markel ama gabe gelditu zen.“

”Banatzea erabaki nuenean, nire alabei etorri zitzaien okerrena. Alabak betiko etxean jarraitzen zuten eta gutako bat astero joaten zen han bizitzera.

Berarekin zeudenean ondo tratatzen zituen baina ni joan baina lehenago dena eramaten zuen ni izorratzeko: telebista, ordenagailua, janaria, komuneko papera, sukaldeko tresnak, bonbillak...dena!

Niri kalte egiteagatik, bere alabak ezer gabe uzten zituen.

Herrian zurrumurru piloa zabaldu zituen gainera, eta horien ondorioz nire alabei beste haurrek, gurasoek esandakoagatik irain egiten zieten.

Gaur egun bakoitzak gure etxera ekartzen ditugu, baina haurrak galduta daude. Ez dakite zergatik gorroto duen aitatxok amatxo eta geroz eta arazo psikologiko eta jarrera oldarkor gehiago dituzte.“


”Soy hija de un maltratador... con todo lo que eso supuso; una infancia terrorífica, en la que vivía con miedo y tenía que guardar silencio.

A pesar de que yo no recibia golpes ni insultos, yo tambien fui maltratada y al final terminé tutelada por el estado.

Después crecí, y como suele ser habitual, repetí el patrón con mi pareja. Me convertí en una mujer sumisa y me casé con un maltratador.

Tengo que añadir que soy una resiliente. Tuve la fuerza que la mayoría no tienen y salí de ello. Hoy soy pedagoga a favor de la infancia maltratada y madre de un chico de 15 años, que gracias a Dios es absolutamente sano mentalmente. Espero que en el futuro él no repita los patrones de su padre, tal como hacen gran parte de los niños que viven esas situaciones.“


”A pesar de ser su madre, no estoy ciega. Daniel no es un buen hombre. Siempre ha tenido un temperamento complicado.

Siempre le dije a su novia que yo no quería nietos, que haría bien si se buscase a otro hombre.

No sé lo que pasaba en su casa, pero me lo puedo imaginar. Él llegaba borracho y ella se hacía la dormida; la niña se despertaba, lloraba, y era culpa de mi nuera. La niña temía a su padre, a mi hijo.

Yo estoy segura de que las quería, a su extraña manera, pero las quería, pero él está enfermo y no sabe querer bien.

Llegó el día en el que ni Laura ni Ane estaban en casa. Daniel llegó a las tantas de la mañana como siempre y ellas se habían marchado. No sabemos nada de ellas, Laura no volvió a su trabajo, Ane no volvió a su colegio, sus padres y sus amigos dicen no saber nada de ellas. Han desaparecido de la faz de la tierra y yo sé que es culpa de mi hijo, yo sé que tienen miedo a que les encuentre y que por eso se esconden. No volveré a ver a mi nieta. Ane no volverá a ver a sus amigos, no volverá a ir a su colegio, no volverá a ver a su familia. ¡Siempre vivirá con miedo!“


”Después de 27 años, se me sigue cogiendo el mismo nudo en el pecho cada vez que tengo que rememorar o simplemente poner con palabras lo que ha sido para mi la carga de mi vida. No sé bien cuando tomé conciencia de lo que pasaba en casa, creo que desde bien pequeña. Insultos, gritos y amenazas, mi madre llorando y mi padre durante días sin hablarnos a ninguno. Somos cuatro, un hermano mayor que siempre ignoró el tema, mi madre, el que hace las funciones de padre en ocasiones y yo.

Recuerdo miles de episodios, por ejemplo, un día comiendo que a mi padre no le gustó como había quedado la tortilla y la lanzó del plato, insultó a mi madre y espetó la sentencia con un: ¡eres una inútil que no sabe hacer nada! A día de hoy nadie puede llamarme inútil es el peor insulto que me puede decir. Como ese, cientos, otro día que a el le pareció bien cogió y envenenó con sulfato las plantas de mi abuela, materna, para así hacerle daño a mi madre. ¿Qué conseguía con esto? Hacer daño, no tenía otra misión. Pero no te creas que esta cara la muestra a la calle, no. Mi padre, de cara a la galería es una persona amable, dispuesta a ayudar, que siempre está entregado al otro lo que pasa que en su casa eso se le olvida. Si me preguntas como me ha influido esto a mí, te diré que me ha configurado como persona. A día de hoy soy una persona muy inestable, mucho, puedo pasar de cero a cien en un momento. Tengo muchos problemas de ansiedad y a decir verdad he sufrido un cuadro depresivo recientemente. También me ha configurado como mujer, soy educadora social especializada en género, actualmente hago mi tesis doctoral en un programa de estudios feministas y de género tal vez para intentar resarcir lo que en casa nunca fui capaz. Muchas veces, cuando mi padre se ha puesto a insultar a mi madre, a desearle que se muera y cosas así yo he enmudecido, no he sido capaz de actuar y luego durante días he tenido eso ahí, he soñado, he tenido pesadillas he tenido sueños en los que plantaba cara a mi padre. No sabes la de veces que llorando le he pedido a mi madre, mamá por favor divórciate, mamá podemos salir adelantes nosotras sin él, la de veces que he soñado que yo le decía que cogiese sus cosas y se fuese o sin más que de repente ya no estaba.

Le dio un infarto a mi padre, y aunque suene duro, pedí que se muriese el nos quita un poco de nuestra vida a diario, porque no que la perdiese el por completo, pero no pasó así, se recuperó ya dicen que bicho malo... Nunca hablo de esto con nadie, ya digo, el de cara a la galería no hace nada, solo en el ámbito familiar y con más saña a la familia de m madre. Mi tía materna alguna vez me ha hablado de lo malo que es, o de las cosas que hace y yo le he dicho que no puedo hacer mucho más de lo que hago. Aunque me ha condicionado, durante años he sido incapaz de establecer relaciones sexo afectivas sanas. He recreado el mismo patrón que mi padre, lo que veía en casa. He estado con personas nocivas, como él, que me hacían pequeña o que me trataban mal, pero no era capaz de salir de ese tipo de vínculos. Mi padre, por desgracia me ha configurado como soy, una persona ansiosa que durante un tiempo de mi vida me acerqué a todo eso que me podía destruir.

Después de 27 años, muchas crisis de ansiedad, terrores nocturnos y épocas enteras sin ir a casa voy a empezar a ir a la psicóloga, la semana que viene tengo la primera cita, no sé bien como contarle o tal vez no tenga que hablarle de esto, pero necesito sacarlo a veces. Han sido muchos episodios y te prometo que lo que más odio es cuando está días sin hablarnos solo mirarnos, sabes eso de que una mirada que te hiela, a veces cuando la mira a mi madre a mi se me quita hasta el hambre. Lo he visto hacer tantas cosas, insultar, menospreciar, gritar, romper cosas y creo que todo eso han sido cosas que se han enquistado en algún lugar de mí. Claro está que me ha afectado también la pasividad de mi hermano, mayor, que se fue de casa por no aguantarlo, un día le dije a mi padre que era un maltratador, no sé como reaccionó no me acuerdo bien, pero creo que le dio igual él ha de saberlo.

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Mi relación con mi madre es envidiable, la llamo a diario muchas veces y nunca falta la pregunta de rigor: ¿cómo está papá? Ella nunca me dice nada malo, solo trata de suavizar. Me dice, escríbele él pregunta por ti. O llámalo y le preguntas. A veces me da gana de llamarlo y decirle, te odio, y cada día que pasa más, pero sé que la ignorancia es lo que más le duele.

Tengo que agradecerle que he sido una mujer fuerte, de carácter, aunque el me anule, que me ha hecho defensora de mis ideas y me ha empujado a volar con tal de no tenerlo cerca. Me ha configurado de un modo y el muchas veces presume orgulloso de mi temperamento. Vaya... que poco me conoce.

A día de hoy, lo peor que me puedes decir es que me parezco a mi padre, lo odio. Tengo pareja, llevo poco con ella, estamos en eso de que todo es idílico y a veces en actos me reconozco en mi padre, en mi pronto que es algo que odio, en mi mal genio y me disculpo con él, digo por favor nunca me dejes parecerme a mi padre. He heredado de él ese pronto que da una mala contestación, pero yo se pedir perdón cosa que mi padre nunca ha sabido. Mi padre a mi directamente no me ha tratado mal, o sí, una vez me dijo que ojalá se me olvidara respirar, pero siempre es a mi madre, ojalá fuese a mí, ojalá, ojalá yo.

Cuando me voy de casa, porque ya solo voy de visita, me paso días preocupada por mi madre, mi ilusión es vivir en México, pero no me voy por ella sería como dejarla huérfana, no se lo merece. A veces le digo a mi madre que se eche un amante, que se de una alegría tiene 52 años y lleva desde los 18 con él, le digo mamá tu te mereces otra cosa. No sé... Yo deseo que mi padre se vaya y mi madre empiece a vivir, deseo que mi madre en una comida familiar no tenga miedo porque mi padre la pueda liar, deseo que mi madre duerma tranquila, que no esté pensando como se levantará mañana. Mi padre a veces bebe, y ahí ya si que se descontrola todo. Es inestable, pero sobre todo es malo. Mi abuelo fue maltratador y el lo heredó, ante un episodio así tu puedes tomar dos opciones recrearlo o repelerlo, y mi padre es la viva imagen de su padre, mi abuelo al que yo odiaba aún más si cabe que mi padre.

Mis amigas no saben esta historia, mi entorno no sabe esta historia, mi pareja la descubrió cuando me decía Ester porque eres así. Puedo estar en un bar y que cualquier cosa me recuerde y empezar a estar mal. No puedo escuchar música alta porque el ruido me recuerda a las voces y me da ansiedad. Recientemente he cogido miedo a estar en espacios donde no conozco a todo el mundo, por ejemplo, en una discoteca porque me siento vulnerable. Tengo terrores nocturnos, tengo infinidad de cosas, pero siempre me quedo con que tengo a mi madre. De verdad, estoy aquí por ella porque hay veces que no le he encontrado sentido a nada, pero sé que si no estuviese ella se desmoronaría.

Mi padre no le ha levantado nunca la mano a mi madre, eso no, pero le ha hecho tanto daño como si le pegase. Los insultos, los gritos, las amenazas, la ridiculización, el menosprecio, el silencio como castigo... eso duele, claro que duele, tanto como si de golpes se tratasen. Tanto que a día de hoy mi padre hace algo malo, hace dos semanas y mi madre es la que se disculpa porque piensa yo lo he desencadenado.

He hecho cosas que se que le iban a doler a él, por el mero hecho de hacerlas o porque si se hubiese enterado hubiese sufrido. Pero bueno, también he echado en falta que alguna persona mayor haya tratado de indagar porque soy así, porque tengo tanta ansiedad cuando era pequeña, porque era como era sin ver que había detrás. He echado en falta que se ponga más la mirada en este tipo de casos y por eso tal vez yo no dejo de formarme.

Espero pues, que este conjunto de ideas desordenadas porque sería incapaz de relatarlas de manera cronológica sirvan de algo, o den luz en un determinado momento. Espero que pueda contribuir de algún modo, y sobre todo espero que esta lacra, algún día se extermine."


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